Ubicación cómoda y perfecta, a un paseito de la estación de metro. Cené a un minuto a pie del hotel, en Sbarro. De verdad ha sido una estancia maravillosa para ser un viaje de negocios...

Ubicación conveniente

Fácil acceso en transporte público y en coche. Aparcamiento privado disponible.- Restaurante histórico y teatro de tradición gitana en el mismo edificio.- Estación de metro cercana.- Buena relación calidad-precio.- Habitaciones limpias y bien cuidadas.- Amplia variedad de desayuno con música en vivo

Nada que no me haya gustado.

El entorno, el vestíbulo, el ambiente, todas las habitaciones

El baño, aunque estaba muy limpio, era todavía un poco viejo.

El estilo de la estructura, el pianista por la mañana.

Un desayuno muy pobre. Sufrí terriblemente por el calor en la habitación debido a la ausencia de aire acondicionado.

El desayuno es realmente bueno, la habitación es de buen tamaño y también insonorizada, con unas comodidades excepecionales. La ubicación es cómoda cercana al centro histórico, se puede llegar andando a todas partes. El barrio Tercer anillo merece ser explorado.

Las habitaciones son de buen tamaño, modernas y cuentan con camas confortables. El ambiente es elegante y el personal es atento y muy respetuoso. Los servicios son estupendos.

El estilo de las áreas comunes es hermoso, menos el estilo de las habitaciones. Personal amigable y habla inglés.

El servicio de habitaciones que llama a la puerta para saber a qué hora debemos salir, cuando la hora ya había sido anunciada en la recepción. El desayuno es demasiado caro.

La estructura, aunque un poco envejecida, siempre es hermosa y eso es lo que me hace querer volver. Me encanta su punto soviético e imperialista de la época zarista. Esto no tiene precio. Y luego la música en vivo en el desayuno es una cosa maravillosa.

Desafortunadamente, se olvidaron de hacer la habitación el último día. Para un 4*, diría que es imperdonable.

Estamos encantados de haber elegido este hotel, es un lugar conveniente para alojarse en Moscú. El desayuno es delicioso y a un precio razonable, con música en vivo, y el personal es atento. Las habitaciones son amplias y excelentes en términos de relación calidad-precio, con camas cómodas y buenas instalaciones de limpieza. La ubicación es tranquila y céntrica, cerca de la estación de autobuses. Además, se encuentra lo suficientemente cerca de un supermercado, del metro y también del centro de la ciudad.

La atmósfera retro...

La estructura es un poco vieja, los baños deben ser rehechos... pero aún así son aceptables.

Las zonas comunes ambientadas en época de la revolución soviética.

La ubicación era espantosa, además de estar lejos del metro, había que cruzar dos subterráneos y un parque llena de borrachos que a determinadas horas llegada la noche no era muy conveniente. Las habitaciones dejaban mucho que desear.Poco confortables, sucias, viejas,....colchones muy incómodos con muelles que se clavaban. Baño en pésimas condiciones con losetas de la pared caídas, moho en plaquetas de la bañera,.....

La habitación tenía una buena relación calidad-precio y era lo suficientemente espaciosa. La ubicación del hotel es conveniente, cerca de la estación de metro más cercana. Pasamos nuestras tardes disfrutando de las bebidas y el ambiente en el cercano local Oriental Cocktail Bar.

Como dice su nombre, un hotel histórico.

El trato seco, a veces antipático, del personal de la recepción.

La ubicación es perfecta y tranquila, y estábamos cerca de una estación de metro, además hay un restaurante muy bueno en las cercanías.